El lugar que no soñé

24 de enero de 2009

Hace unos días, volví a cruzar el lugar que nos vio juntos por vez última. Caminaba distraído sin reparar en mi entorno, sin recordar que unos meses atrás ahí te encontré. De repente, me detuve, el tiempo también lo hizo. Todo comenzaba a ser como en aquel encuentro, mi mente te evocaba.

Tu figura se volvió real: podía tocarla, circunscribir con mis dedos su delicado rostro, acariciar su suave y blanca tez, hacerla mía. La placidez era inmensa. Me deleité con esa sonrisa que un tiempo atrás me hacía suspirar sin prejuicio alguno. Nada era real, mas no era fantasía; tan solo un cúmulo de anhelos mal digeridos.

Como el humo industrial, el viento se llevó tu ilusión. Con un beso lastimero te despedí y las agujas del reloj volvieron a girar. Desperté de mi ensoñación y, tras hurgarme la nariz, retomé la marcha tranquilamente. Justo en ese momento supe que no te volvería a ver.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso