Cabrón!

29 de junio de 2009

Son las cuatro, estoy delante del ordenador. Como patatas fritas, intento borrar lo ocurrido: mi miembro lo necesita.

Todo comenzó a las 22:00. Lo típico: "vente a tomar unas cervezas y lo que surja". Allí estuve, y aquí ando. Borracho me puse, borracho permanezco. Todo iba sobre ruedas, pues las articulaciones no podía mover.

Quedada típica, "Buitre no Come Alpiste" de banda sonora, ¿una premonición o la realidad? La realidad avanza, la cerveza baja. Estamos los que estamos, cuatro rabos y una concavidad, diosa esta.

Ya nos hemos presentado, nada puede fallar. Cerveza tras cerveza viene, a la vez que se va. Llegamos al lugar de cortejo, otras veces conocido como discoteca.

Muchas hembras, pero ninguna como ella, nuestro pene lo indica. Cual brújula marca el horizonte, cual lengua señala el destino. El destino se halla, a la vez que se roba.

Tras izar la bandera poco queda, solo intentar culminarla, proclamarla. Eso no ocurre, un traidor de la patria la roba, y se fuga con ella. ¡Muerte al hereje!

Poco queda después de ello, la miseria y el odio van creciendo en forma de envidia. Tu yo interior se ríe, no lo puedes negar, es gracioso. ¡Me cago en Dios! -exclamas, pero solo es una defensa-.

¿Por qué a mí? !Era feliz¡ No puedes verlo MCN, te ha tocado. ¡Pero yo quiero luchar! Lucha cuanto puedas, pero tu sino es éste masturbación compulsiva hasta que el roce te deje inconsciente. No, me niego; huiré de ello hasta que la desesperación moral y ética me permita. ¿Qué dices marica? Sabes que no puedes ir más lejos, tu ritmo no llega a más, tu barba es triste y tu pene flácido. Eso no es cierto, yo puedo, sé que puedo; lucharé, lo conseguiré. No me provoques risa, tu intento de comida alrededor de su cuello ha sido suficientemente triste. Cabrón, he dado lo máximo, ¡no me tortures! Te torturo, es lo que te mereces; vete a la cama, es tu sitio, el lugar que te pertenece. ¡Me merezco el cielo! ¡Y tú a mis rodillas! ¡JA! No eres Céline, ni Ferdinand Bardamu; solo un triste pringado que no sabe como eyacular. Ahí has dado, no puedo contradecir la certeza que ante mis ojos has descubierto; abandono, la cama me aguarda, como siempre.

En una noche, solo hay varias cosas que hacer, para un hombre solo una. Tú y yo sabemos cuáles son, vislumbra y acertarás, con mi pene te compadecerás. En la oscuridad nos encontraremos, tras una lágrima y un cabrón se encuentra nuestra vereda. Al final nos encontraremos, pero la putada será que no nos daremos cuenta. Vagar es nuestro sino, encontrarnos nuestra perdición.

1 comentario:

Mariaje Álvarez de la Braña dijo...

Me ha encantado lo que he leido... Me ha dado por bucear un poco por tu blog (el primero que he encontrado en un día en el que me apetecía curiosear entre mis compañeros bloggeros)y éste ha sido el relato en el que se ha parado mi ratón... Y la verdad es que me ha gustado tanto que he pensado que debía comunicártelo.
Veré que mas eyacula tu mente por aqui ;)