Sueños de felicidad

22 de septiembre de 2007



Son días difíciles, días fríos. Nada te parece cercano, todo te es ajeno. Sales, ríes, bebes; pero nada va contigo.


Caminas con la intención de hallar algo, alguien. Encontrar esa sonrisa que no ves, sentir felicidad a través de unos ojos cómplices de un buen momento, de ese momento.

Llegas a casa, te enfrentes al espejo. No hay más que unas ojeras desgarradas y una boca sedienta, sedienta de algo que no probaste.

Ya acostado miras al techo; te preguntas, en voz alta, qué es y qué no es. No hay respuestas, solo un profundo insomnio.

Pasa el tiempo, miras el móvil, ya son las 4. Te ríes, no es la primera vez que te ocurre, ni la última, sigues riendo.

La risa cesa, te das cuenta que no todo está perdido, solo fue un mal trago. Apagas el móvil, ya puedes dormir.

Sueñas lo que durante el día se te escapa, ahora lo aprehendes, lo sientes tuyo. La felicidad antes negada, se te descubre clara y nítida. Una chispa te recorre todo el cuerpo, el sueño termina. Eres feliz.

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